lunes, 22 de junio de 2009

- Un destello de felicidad -


Sucede que me canso de ser hombre. Sucede que entro en las sastrerías y en los cines marchito, impenetrable, como un cisne de fieltro Navegando en un agua de origen y ceniza.

El olor de las peluquerías me hace llorar a gritos. Sólo quiero un descanso de piedras o de lana, sólo quiero no ver establecimientos ni jardines, ni mercaderías, ni anteojos, ni ascensores.

Sucede que me canso de mis pies y mis uñas y mi pelo y mi sombra. Sucede que me canso de ser hombre.

Sin Embargo sería delicioso asustar a un notario con un lirio cortado o dar muerte a una monja con un golpe de oreja. Sería bello ir por las calles con un cuchillo verde y dando gritos hasta morir de frío.

No quiero seguir siendo raíz en las tinieblas, vacilando, extendido, tiritando de sueño, hacia abajo, en las tapias mojadas de la tierra, absorbiendo y pensando, comiendo cada día.

No quiero para mí tantas desgracias. No quiero continuar de raíz y de tumba, de subterráneo solo, de bodega con muertos ateridos, muriéndome de pena.

Por eso el día lunes arde como el petróleo cuando me ve llegar con mi cara de cárcel, y aulla en su transcurso como una rueda herida, y da pasos de sangre caliente hacia la noche.

Y me empuja a ciertos rincones, a ciertas casas húmedas, a hospitales donde los huesos salen por la ventana, a ciertas zapaterías con olor a vinagre, a calles espantosas como grietas.

Hay pájaros de color de azufre y horribles intestinos colgando de las puertas de las casas que odio, hay dentaduras olvidadas en una cafetera, hay espejos que debieran haber llorado de vergüenza y espanto, hay paraguas en todas partes, y venenos, y ombligos.

Yo paseo con calma, con ojos, con zapatos, con furia, con olvido, paso, cruzo oficinas y tiendas de ortopedia, y patios donde hay ropas colgadas de un alambre: calzoncillos, toallas y camisas que lloran lentas lágrimas sucias...

viernes, 19 de junio de 2009

. -Donde caen los sueños-


Lo peor del amor cuando termina son las habitaciones ventiladas,el puré de reproches con sardinas las golondrinas muertas en la almohada, lo malo de después son los despojos que embalsaman el humo de los sueños,los teléfonos que hablan con los ojos. El sístole sin diástole sin dueño. Lo más ingrato es encalar la casa,remendar los pecados penales,condenar a la hoguera los archivos. Lo peor del amor es cuando pasa,cuando al punto final de los finales,no le quedan dos puntos suspensivos...